Muy buenos saludos cordiales gente, os traigo otro "No es cuento para niños".

El jovencito Luis.

 El jovencito Luis es niñito de aproximadamente 10 primaveras, el era un chiquitin pacifico y amante de la naturaleza, por lo tanto era bohemio, sin necesidad de dinero, pero sus padres... Su padres lo usaban como querían y lo explotaban si es que llegaba a hacer al bueno. Usado como sirviente y pensando en él como futuro niño trofeo, lo mantenían hasta que hiciera algo lucrativo para sus padres.
Él, al ser pacifico y tranquilo, estaba siendo alimentado su corazón de estrés, agobio, intranquilidad, de tal manera que quiso llegar a sentir con sus propias manos la violencia y observar detenidamente como otro ser vivo padecía en frente de él. Sentir el calor de un cuerpo desvaneciéndose mientras le suplica piedad, y perdón por no haber hecho nada malo.

Mantener esa energía negativa en su mente poco a poco le iba pasando factura a su corazón, pudriéndolo cada ves más y más... Lo iréis sabiendo con forme leáis.

Para ello el conseguir tal objetivo era colosal, pensando en que solo tenía 10 añitos.
Al caminar de casa a clases y de clases a casa, maquinaba su idea de como hacerlo, él quería que fuera un gato, o perro, o algo que sacrificar, pero en el fondo, el mismo tenia un animal en casa y no quería hacerlo,quién sabe,  lo mejor le hacían lo mismo a Luis. Entonces que mejor manera de evitar que alguien haga daño a loa animales, que, comenzando con lo que mas daño hace a este mundo, nosotros mismos, la personas. Pensó como un primer objetivo a un compañero de clase que se las pasaba abusando de sus compañeros de clase, quitándoles el pan y el dinero que sus padres les dieron a los demás para sus propias golosinas y su bocado a la hora del recreo. El matón se llamaba Ricardo, un maldito niño que no merece nada por su actitud, por su arrogancia, por sus ganas de arrollar sobre todos porque viene de una familia privilegiada. (Malditos sean esos niñatos que se portan mal, en general). Luisito, derrochaba las horas de clases en pensar como lo haría para no dejar huellas, no dejar rastro y o mas importante, hacerle de todo sin llamar la atención de los demás, que ese fue el problema más grande.
Pasado unas semana empezó a descartar ideas, como la de aprovechar la situación de que Ricardo vaya al baño para pegarle en la nuca y llevárselo a rastras al cuarto de gimnasio, atarlo, vendarle los ojos y sellarle la boca con cinta americana... Dejando al descubierto los oídos para que pueda escuchar las carcajadas y los "Ooh..." de curiosidad... Todo eso hubiera sido con unas tenazas y  una navaja de su padre, lastimosamente, fue una de las ideas que descartó porque se puso nervioso cuando entró al baño después de él.
Así que... Tiempo después de descartar ideas y tratar de perfeccionar ideas, tan solo pensó que lo mejor era cambiar de víctima...
Tranquilamente mientras caminaba a casa como cualquier otro día, llegó a encontrarse con sus padre, se sorprendió de tal cosa, porque solo era recibido en casa y pocas veces reconocido en público. Se acercó a saludarles temerosamente, y mientras le vacilaba los pies y con la cabeza agachada dijo "Hola" a secas en voz baja. A ellos les extrañó un poco, pero no le dieron importancia ya que su propósito de estar ahí era otra y no la de encontrase a su hijo.
Luisito, después de esperar 3 segundos eternos para él, levantó la cabeza, vio la cara de sus padres sonreír, eso le dio calidez y un sentimiento de afectividad, a parte de eso los pensamientos de intentar asesinar a alguien o algo le empezaron a pesar, como si eso estuviera mal... Pero la cosa es que creyó que debería de empezar a buscar el por qué de tanta maldad... Después los padres interrumpieron sus pensamiento diciéndole "Venga, que te vamos a llevar a un sitio especial..." El creyó que se lo llevarían a un parque, o alguna tienda de golosinas, pero que si no, lo llevaron a un hospital, otra vez los padres lo volverían a usar nuevamente.
Allí, fueron al 4 piso, donde se hallaban los enfermos terminales. Recorriendo los largos pasillos llegar a una habitación de la cual ponía en la puerta Jaime y un ramo de flores ... "Que extraño, la puerta de la habitación parece muy fría, "no se si entrar, tengo miedo..." les comentó el niño a sus "adorables" padres, acto seguido la abrieron sin escrúpulos gritando "Hola Jaimitillo" mientras soltaban carcajadas.
Que ambiente mas falto e hipócrita, la sala se lleno en seguida se falsas risas de los padres mientras se acercaban a Jaime, pero que de especial tenia ese crío pensaba Luis...
Tras pasar una tarde amena en la habitación pero que realmente solo hablaron los padres y Jaime, preguntando que qué tal estaba y qué tal el día, tonterías comparado a los pensamientos de Luis aun algo confusos porque no se aclararon nada...
Al llegar la noche, después de cenar y de que Luisito se vaya a dormir, los padres interrumpieron en su habitación para hablar con el, sobre Jaime.
Le dijeron que tenia que hacer algo para hacer feliz a Jaime, pero qué diablos era, de que trataba, no se opuso por si actitud ante sus padres, tras asimilar las primeras palabras del padre y de observar a su madre bloqueando la puerta, preguntó que es lo que tenia que hacer le dijeron: Si quieres ser feliz, mátalo. Hacerlo feliz a él te hará a ti feliz.
Esas fueron las palabras más secas y duras que escuchó en toda su infancia...



Nota del autor: Estoy planteándome seriamente en seguir la serie de No es cuento para niños, pero tengo es mis dudas acerca si queréis seguir leyéndola, hacédmelo saber en los comentarios o en la pagina de Facebook Oni Okami Games somos jóvenes apuntando muy alto, espero mas de vosotros que vosotros de nosotros. Sí, he hecho temblar a todos los filósofos de la historia.
 Aquí acaba lo que podría ser una serie, así que ya sabéis, esta en vuestras manos chicos y chicas. Cuidaos y... Hasta otra.